
El 24 de febrero hacía un calor terrible en Buenos Aires; era una jornada "bochornosa" como les gustaba decir a los speakers de las radios y escribir a los redactores de los diarios. Pero lo sería en más de un sentido para la oposición que descontaba su triunfo. El escrutinio sería lento, dando márgenes de error y tiempo para declaraciones de las que no se vuelve. El vespertino Crítica, claramente opositor a Perón tituló: "Anticípase un aplastante triunfo de la democracia. En todo el territorio nacional se impuso la fórmula de la libertad" ¡Juas!
La oposición en su conjunto coincidió en que los comicios podían calificarse como los más limpios e intachables de la historia. Finalmente, el 8 de abril se difundieron los resultados oficiales: había votado el 88% del padrón; el coronel había triunfado contra todos los pronósticos y con todos los medios de comunicación en contra. La fórmula Perón-Quijano había obtenido 1.527.231 votos y los candidatos Tamborini-Mosca, 1.207.155.
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