Muerte Natural

Hace un año murió Ángel, de “muerte natural”.
Efectivamente, no fue acuchillado ni baleado, como es probable que termine alguien en Villa Luján (Avenida Otamendi a Brandsen, Cevallos al Río de La Plata).  Tampoco fue atropellado por un camión ni se cayó del carro en el que salía a cartonear.
No señor, Ángel murió de trombosis venosa cerebral (TVC).  Solo 16 años.

Ángel era el tercero de siete hermanos.  Hijo de un padre alcohólico y abusador, hijo a su vez de un  padre alcohólico y abusador.  Su madre es una pobre mujer, de carácter apocado (por ser piadosos y no decirle retrasada) y analfabeta.

Ángel, su papá, su mamá y sus 6 hermanos vivían en una casa de ma-te-rial (algo insólito en el barrio) dividida en 2 habitaciones, baño y cocina-comedor.  En el fondo, está el gallinero y el corral de los chanchos.  Eran otros tiempos.

Ángel iba a la escuela a la mañana, almorzaba y hacía la tarea ahí mismo y luego salía a cirujear en un carro tirado por un caballito petiso y cansado.  Tenía un circuito armado que incluía algunas verdulerías y carnicerías, de donde rescataba algunos “comestibles” que iban a engrosar la dieta familiar.  Mucho frío en invierno y mucho calor en verano.  Mucho barro cuando llueve o cuando se inunda, un barro que se endurece como piedra cuando seca.

Ángel hablaba poco y sonreía mucho.  La escuela le costa horrores y repitió algunos grados. “No le da la cabeza” decía su mamá.  “Es medio tonto” se burlaban sus hermanos.  Se quejaba cada tanto de dolores de cabeza.  Ángel era incapaz de una agresión.  Le gustaban los animales.

Hubo una época en que a pesar de la pobreza, eran bastantes felices.  El papá trabajaba en “la construcción” o hacía pozos, Ángel y su hermano mayor ayudaban a su padre cuando podían, o salían a cartonear si no había ninguna changa.  Iban a la iglesia de Farinello, no se tomaba alcohol ni entraba la droga.

No es fácil vivir en la pobreza estructural.  Es como un veneno que actúa a veces rápido, a veces más lento.  Es un ácido que corroe.  Y así, la familia de Ángel se fue corroyendo.  El papá empezó a chupar y a abusar de la hija de su mujer (tal cual como hacen tantos otros), su hermano mayor incursionó en el paco y se hizo ratero para solventar la droga, etcétera. 

Y todo se fue al carajo.  Un día el papá en pedo le quiso pegar a la mamá y Ángel la defendió, recibió un golpe y empezó a vomitar.  Lo llevaron al Hospital de Quilmes, de donde lo derivaron al Hospital del Cruce.  A pesar de los esfuerzos de los médicos, falleció.

Intervino la «Justicia» pero dictaminó que Ángel siempre tuvo  TVC, que el golpe solo puso en evidencia una enfermedad nunca diagnosticada.  Es que el diagnóstico es difícil, ya que incluye técnicas llamadas Angiografía Cerebral, LCR, TAC Craneal y otras, que no suelen estar al alcance de un pibe nacido en  Villa Luján.

Le dicen “muerte natural”.