Dos mundos lejanos, a veinte minutos de distancia

viernes, febrero 15, 2008

En 20 minutos cambia el mundo. Es el tiempo que se tarda en ir de Villa Lugano a Villa Devoto, o de Devoto a Lugano. En cuatro kilómetros, la película de la vida transforma su decorado. En uno de los extremos, dos espadachines de siete años se baten a duelo con espadas de madera. Trastabillan, suben la colina y se toman un respiro. Pero lo que respiran es aire contaminado. Un cementerio de autos, con sus baterías, fierros oxidados y líquidos combustibles filtrándose en el suelo les arruinan el agua y el cielo.

Si les viene asma o tos, con suerte los atenderán en el Centro de Salud 18 de Miralla y Batle Ordóñez, de Lugano, donde hay una Virgen bajo llave, para que no se la roben, y cuatro pediatras para los 12 mil chicos del barrio. El cementerio de autos, que acumulaba cinco capas de vehículos, fue desalojado, pero crecieron nuevos asentamientos sobre el suelo arruinado.

Mientras que en un barrio es de 4 cada mil bebés, en el otro llega a 10 por mil. Las cifras oficiales muestran más divergencias en salud, empleo y vivienda, y reflejan los desequilibrios entre el norte y el sur de la Ciudad.

Devoto y Lugano son el paradigma de los dos mundos que conviven en la ciudad. Con cinco veces más pobreza y el doble de desempleo, los vecinos de Villa Lugano sobreviven con problemas desconocidos a unos pocos kilómetros. Allí, dos de cada diez familias tienen más de cuatro hijos, el doble del promedio porteño. Debería ser una noticia feliz, pero a veces parece una maldición: la proporción de personas que viven en condiciones de hacinamiento (21%), la gran cantidad de viviendas precarias (12%) y los estragos que provoca la deserción escolar (12% de los mayores de 25 años no terminó la escuela primaria), muestran los peores indicadores de la Ciudad.

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Comments

3 Responses to “Dos mundos lejanos, a veinte minutos de distancia”
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Ka-tica dijo...

entiendo Mostro, aca y creo q en la mayoria de las ciudades pasa eso, y hay quienes viven viendo el hambre y la pobreza afuera, y no logran ver q a escasos minutos de la casa hay gente en condiciones similares a las q vemos por tv.

Algunos viven asi porque les parece mas facil, otros porque no han encontrado la manera de salirse de ahi, y otros porq no saben que hay otras posibilidades!
Lindo tema!!!

Un beso Mostrete!!!!

4:15 p.m.
F e r n a n d o dijo...

Hola Mostro, estuve el fin de semana en Capital, que es otro mundo lejano a ese tan cercano...

Cuando anduve el ante año trabajando por la provincia y conurbano me desazné bastante andando en tren hasta del viso, viendo cada estación, viendo pobreza que creía no existía en sitios tan cercanos a "La Meca" Ciudad Autónoma... eso me hace pensar en las provincias más alejadas, en Chaco por ejemplo... cuánto más de lo que describís acá habrá.

Un país tan rico y tan poca bolilla a la gente... habrá que ponerse las pilas de una buena vez.

Un saludo cordial y que vos y la familia esten de diez.

Fernando.-

12:54 p.m.
El Mostro dijo...

k-ti-k, creo que el sentimiento de mucha gente se resume a "a-mí-que-me-importa". Besos.

Gracias Fernando. Realmente los contrastes son terribles, cosa que hace 20 años no se veían. Siempre hubo pobres y ricos, pero las diferencias son ahora obscenas.
Un abrazo.

11:58 a.m.