24 o la justificación de la tortura

Es bueno preguntarse si no existe un esfuerzo global para hacer que la barbarie sea, sino aceptada, tolerada. La emisión de la serie "24" por uno de los canales abiertos de la televisión local es parte de ese esfuerzo, si en verdad lo hay. Es un intento por transmitir ideología disfrazado de entretenimiento.

Lo de "24" es otra cosa, enteramente otra cosa. Varias miniseries y series de hoy (Justicia Militar, NCIS, entre otras muchas) glorifican la "guerra contra el terrorismo" declarada por George W. Bush sin enemigo visible y sin plazo. Pero aun cuando aluden a las "necesidades" nuevas que plantea esa lucha, se detienen a milímetros de justificar la tortura.

En esto, "24", producida originalmente por la cadena FOX -la preferida de Bush, su gran justificadora- no teme cruzar toda barrera moral. En sus capítulos -cada uno representa lo sucedido en una hora- el agente Jack Bauer (protagonizado por Kiefer Sutherland) de la imaginaria agencia antiterrorista CTU se las ingenia para mantener a salvo a Estados Unidos de las amenazas de los terroristas, aun cuando esto le demande -y casi siempre lo hace- aplastar, literalmente, como cucarachas a cuanto sospechoso, inocente o culpable, caiga en su mira. Es particularmente paradójico que Sutherland, quien se describe a sí mismo como un "izquierdista moderado" en la vida real, sea el encargado de administrar torturas físicas y luego recitar los parlamentos que la justifican. Pero los 40 millones de su más reciente contrato con Fox -por tres temporadas- deben ser un buen silenciador para los disparos de conciencia.
por Oscar Cardozo (nota completa)