A la mañana temprano, cuando acompaño a mi mostrita menor a tomar el bondi, me cruzo con una mamá empujando la silla de ruedas de su hija.
Hoy, a las 8:30 ví a un adolescente espástico (¿se dice así?), con su mochilita, por Corrientes. Y cuando salí del subte en Correo Central, el policía franqueaba la entrada a una tipa ciega.
Me agarran unas ganas de tener poderes, de ser un dios...
Después pienso en toda la guita que se gasta en bolucedes, ¡en armas!...
Comments
3 Responses to “Que ganas de ser un dios”
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Conecto totalmente con lo que sentiste...que afortunados somos.
4:42 a.m.Hace varios años ví, por la zona de San Telmo, a una maestra llevando a un grupo de chicos ciegos y, como si fuera poco, downs.
4:30 p.m.Por eso coincido con vos en eso de querer ser Dios. Aún con lo hijo de puta que soy, estoy seguro de que lo sería muchísimo menos que el auténtico.
Don Blogudo, usted es un tierno enmascarado.
9:08 p.m.Publicar un comentario