

Acá nos ponemos serios y hablamos de cosas serias.
La Inmobiliaria Macri logró anoche dar su primer paso para un negocio millonario cuando la Legislatura aprobó la primera lectura de la ley que autoriza a vender tres valiosos terrenos en Catalinas. El PRO tuvo que enfrentar un duro debate y comprometer recursos para lograr reunir dos tercios del voto, necesarios para enajenar propiedad pública. Los 42 votos a favor se lograron con todo el bloque macrista, casi todos los legisladores K y los tres sobrevivientes de lo que fue el telermanismo.
Los tres terrenos se asientan en la única manzana de rascacielos porteños y tienen, por ley, un uso limitado. Dos, sobre la avenida Madero, son estacionamientos. El tercero y mayor en superficie, es el de la estación de servicio que toma entera la cuadra de Córdoba entre Alem y Madero. Entre los tres lotes se suman casi 15.000 metros cuadrados de tierra.
El PRO incluyó en el presupuesto de este año 300 millones de pesos como producto futuro de esta venta. A fines de año, eso significaba cien millones de dólares y hoy menos de 80, una estimación mucho menor a la que estima el mercado. Ante la diferencia –200 millones de dólares que dicen los privados contra menos de 100 que espera el gobierno porteño– el macrismo cita la “burbuja financiera” y “la depresión mundial”, al decir de una vocera de González. Pero brokers especializados señalaron que Catalinas es uno de los sectores de la ciudad menos afectados por cualquier recesión o burbuja. Tirarse tan a menos, dijeron, resulta llamativo, en particular con alturas especiales.
Detrás de las noticias apocalíticas del virus se cree que hay varios intereses en juego.
Se habla de un medicamento llamado Tamiflu y de su ex dueño Donald Rumsfeld. Este señor no sólo fue dueño de la compañía farmacéutica Gilead Sciences Inc., sino que fue ex ministro de Defensa de Bush. El Tamiflu sería hasta ahora, uno de los pocos tratamientos eficaces contra la influenza porcina. Tan bueno parece ser que hasta la OMS lo recomienda.
También se habla de show mediático, de la necesidad de usar el virus para tapar la crisis de un país que se le iba de las manos al presidente Felipe Calderón y del anhelo de encontrar una mirada triunfalista.
El mismo Calderón ante la mirada internacional y el pánico mundial exaltó: “el frente de batalla ha sido México, y aquí hemos defendido a toda la humanidad de la propagación del virus”. Los mexicanos creen que detrás de este comentario de “salvador del mundo” se encierra la necesidad de legitimar su gobierno como preludio de las próximas elecciones de julio ante un pueblo que ya no le cree nada.Según Biolcati, será "imposible frenar la importación" y el consumo bajará por el aumento de precios. Cree que recién podrá revertirse la situación en tres años.